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¡CUÁNTO VALE AMAR ¡
 Ligia Chávez  

Departamento de Ciencias Sociales

El  área de Ciencias sociales  tiene como propósito la construcción de la  identidad sociocultural y la formación ciudadana de los adolescentes y jóvenes, orientada al desarrollo de capacidades como manejo de información, comprensión espacio temporal y juicio crítico.


Los grupos humanos han concedido siempre enorme importancia al hecho de que las nuevas generaciones conozcan las tradiciones colectivas,  la organización y funcionamiento de la sociedad. Uno de los aspectos medulares  de la educación, en su función socializadora, ha consistido en conocer la propia sociedad, su pasado histórico, así como el  reconocimiento  del espacio y territorio en el  que se desarrolla la vida de los educandos.

En la sociedad moderna,  la escuela es  la institución principalmente encargada de asegurar esa función. La enseñanza de esta área se encamina a que los estudiantes adquieran los conceptos, procedimientos y actitudes necesarias para comprender la realidad humana y social del mundo en que viven, proporcionándoles la posibilidad de analizar, comprender y enjuiciar los rasgos y los problemas   centrales de la  sociedad en el  momento  actual.  Esto nos  lleva  a  preguntarnos:   ¿por qué la pereza de los adolescentes a la hora de  leer, realizar tareas  y  acercarse a  nuevos conocimientos? Unos dirán apatía, abulia, o sencillamente  pereza… Y estos son  estados de ánimo  totalmente humanos.


Diana Cohen Agrest, filósofa y ensayista argentina,  publicó en el periódico  NACION  de  Buenos Aires,   un texto en el que hace referencia a


       “ una serie de invenciones creadas para alimentar nuestra humana pereza como: blusas en lugar de camisas con botones, cierre abrojo en lugar de cremallera, encendido eléctrico de las mecheras de cocina en lugar del vulgar fósforo. Con la matriz socialmente más aceptable, se acuña el término “procastinar” con el que se nombra la manía de diferir  la realización de tareas que deberían llevarse a cabo, las cuales suelen ser reemplazadas por otras actividades más irrelevantes pero placenteras de realizar” (2010)


Los padres y docentes  continuamente decimos:  “ No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”.  Y los  jóvenes contestan con frecuencia: “ me pongo y en una semana preparo la materia para rendir “
Los estudiantes de secundaria establecen nuevas conexiones sociales, deben  equilibrar sus responsabilidades , que cada vez suelen ser más,  y la vida social. Muchos  hoy deben  cumplir  con la jornada académica,   un horario extendido y horas de prácticas o pasantías. Todo esto   como parte de  algunas de las nuevas exigencias a las que se enfrentan, amén  de la presión social que ejercen  los amigos,  para experimentar o practicar actividades de consumo de alcohol, drogas o sexo.


Por lo tanto los estudiantes deben  desarrollar un estilo de aprendizaje firme y eficiente, buenas habilidades organizativas y de estudio, para  asumir con  responsabilidad  sus tareas, y tomar  las decisiones  pertinentes sobre el seguimiento académico, y lo que vendrá  después de graduarse, cuando para unos será el mundo laboral y para otros  la elección de  profesión y  Universidad o servicio militar.


Los padres pueden y deben ser una fuente   de  apoyo permanente e incondicional con el fin de orientar  las experiencias escolares anteriores, positivas y negativas que  influyen en las expectativas y  que  deben tener en cuenta para resolver problemas. Los padres pueden:


• organizar los hijos para juegos,
• disponer  actividades en el hogar, como la hora de las comidas, la hora de descanso.
•  asista en todo lo posible a las reuniones de padres,
• dialogue continuamente con sus hijos, entienda el  estrés que le ocasionan    los desafíos académicos y sociales.
•  No haga tareas, actúe como guía, hable sobre las posibles formas de hacerlas. El objetivo de los padres debe ser prevenir los conflictos por las tareas y evitar que el estudiante, su hijo o hija se sienta incompetente.


A través del diálogo, padres e hijos se conocen mejor; transmite y educa mucho más la convivencia que la verbalización de los valores que se pretendan inculcar, favorece actitudes importantes como la tolerancia, capacidad de admitir errores y de tolerar las frustraciones.


Y por último AME a sus hijos y no los deje solos . Y PREGÚNTESE :  ¿Cuánto VALE AMAR ?

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